"Mi primer encuentro con John y Yoko fue en febrero de 1979 en el Dakota. Siempre fui un fan de los Beatles y ahora iba a estar cara a cara con el hombre que siempre idealice. Cuando golpee la puerta no esperaba que la abriera el mismo John, pero ahí estaba, con sus gafas, mascando chicle y sonriendo. Evidentemente por mi entusiasmo golpee más fuerte de lo que debía, y John me dijo “pensé que era la policía!” y con una mano extendida me invito a entrar. Vi a John y a Yoko un par de veces más en 1979 y de nuevo a principio de 1980. Cuando escuche que iban a empezar a trabajar en el estudio, me dio el ímpetu de fotografiarlos mientras podía. Cuanto más veía y fotografiaba a John, más encantador se volvía. En los casi dos años que lo conocí era siempre amable y una cálida persona.
El 8 de diciembre de 1980 se volvió un día que siempre voy a recordar vivamente. Fue el último día que vi a John. Esa noche me dijo cuando salía del Dakota “Te veo mañana”, porque habíamos arreglado que le iba a enseñar las fotos que le había echo a él y a Yoko el 2 de diciembre. John nunca vio esas fotografías. Y nunca me imagine que iba a sacar en esa noche dos fotos tan importantes, una de John entrando a la limusina y otra de John con la persona que nos lo arrebató. Después de entrar en la limusina ese día, John saludo con la mano mientras el auto arrancaba. Ese saludo es muy especial para mí."

Paul Goresh - Fotógrafo