Blanca como la nieve, roja como la sangre.
Un hijo del Rey estaba comiendo. Al cortar el queso se cortó un dedo y una gota de sangre cayó sobre él. Dijo a su madre:
-Mamá, quiero una mujer blanca como la nieve y roja como la sangre.
-¡Cómo! Hijo mío, si es blanca no es roja y si es roja no es blanca. Pero busca a ver si la encuentras.
Fiabe italiane: L’amore delle tre melograne
Italo Calvino
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